01 abril 2006

Paredes de Nava, Becerril, Villalcázar

Recuerdo ahora aquella tórridas tardes de junio, después de los exámenes de sexto curso, cuando preparábamos la reválida y el profesor de literatura repasaba lo que podía "caer", en medio del calor y la monotonía de la siesta.

-Jorge Manrique- nos decía- fue poeta y soldado, nació en Paredes de Nava y murió joven a consecuencia de las heridas recibidas frente al castillo de Garci-Muñoz, pero lo que le hizo famoso fueron las “Coplas a la muerte de su padre”, 41 estrofas de pie quebrado- que el "profe" nos recitaba como si de una rítmica salmodia se tratase.

Jorge Manrique pensativo..

A mí, con dieciséis años, me parecían algo patibularias: “...cómo se pasa la vida, como se viene la muerte, tan callando...” para ser sinceros lo que me apetecía era que se pasara la hora de clase, para salir a pasear con Rosi.

Después, con el tiempo fui comprendiendo que estaba ante uno de los mejores poemas líricos en lengua castellana y que además de hacer hincapié en la brevedad de la vida y en lo pasajero de los bienes terrenales, típicos de la literatura medieval, tiene ya matices renacentistas, en los que la vida es un campo de batalla, en el que se puede ganar la fama y las glorias terrenales.

Y ahora en la actualidad, yo iba a visitar la tierra que vio nacer al poeta. Hay una magnifica página en internet con enlaces a la historia de la ciudad, sus personajes, monumentos etc. en www.paredesdenava.com

Stº Eugenia y la fuente artesiana

Para los interesados en las manifestaciones culturales y artísticas de la historia de España, la visita a Paredes de Nava es de obligado cumplimiento, siendo cuna de personalidades ilustres como Dª Gregoria Matones, madre del General San Martín "El libertador" o D. Antonio Vallejo-Nájera, padre del médico psiquiatra y escritor. Aunque sin duda, los paredeños más famosos, aparte del ya citado Jorge Manrique, son Pedro y su hijo Alonso Berruguete. Este último llegaría a ser pintor y escultor de la corte de Carlos I.

Pedro Berruguete descendía al parecer de una familia de Hidalgos asentada en Paredes, 50 años antes de su nacimiento. Alrededor del año 1472 marchó a Italia a perfeccionar su arte, trabajando en la corte del mecenas Federico de Montefeltro, pero es a su regreso a España cuando su estilo evoluciona adecuándose a los gustos del país. Disfrutamos de sus pinturas en la Parroquia de Santa Eulalia.

Sta Eulalia

En cuanto a su hijo Alonso, está considerado como el escultor más importante del renacimiento español. Aunque se inició como pintor en el taller de su padre, viajó también a Italia donde entró en contacto con los talleres de Leonardo y Miguel Ángel de cuyas obras queda influenciado. Entre sus creaciones más notables tuvimos ocasión de contemplar la Virgen con Niño.

Visitamos la iglesia de Sta Eulalia, callejeamos entre monasterios y palacios renacentista, admiramos el antiguo Hospital de Peregrinos y acabamos en el Centro de Interpretación asentado en la antigua iglesia de S. Martín. Con nuestra imaginación realizamos un recorrido por el espacio y el tiempo de estas tierras de Campos que sobre la maqueta nos ofrecía “luces” y sombras. Nos hicimos la típica foto con “Berruguete” y subimos a la torre para completar nuestra visión de estas tierras.

En Becerril fuimos recibidos por D. Froilán Espeso Crespo, impulsor y director del Museo que se ha creado en la iglesia de Sta María y por Mercedes, la responsable del Ayuntamiento.


 Iglesia Sta Mª, museo de Arte Sacro


El párroco nos explicó la Iglesia de Santa Eugenia, reconstruida recientemente, en la que en 1545 trabajó Gil de Hontañón y visitamos la iglesia-museo de Santa María, que es del Siglo XV, con un curioso pórtico artesonado del S. XVI, desde el cual, creo yo, se verían muy bien las procesiones. En el interior más artesonados del S.XV. Y casi podríamos decir que esta excursión es un monográfico de la familia Berruguete y de Alejo de Vahía, de este último se exponen más de 20 tallas de Cristos, Vírgenes, Ángeles y Arcángeles, Apóstoles y Santos Dominicos. Pertenece a Berruguete el retablo mayor de la Iglesia, con los famosos reyes profetas entre los que destacamos a David, Salomón...Un ángel con la corona de espinas (nada que ver con el Sr. Rovira), La Santa Faz, El llanto por el Cristo muerto, Ezequiel e Isaías.

Hay también obras de Juan de Juni y Jan Van Dornik y un tríptico de Juan de Flandes . ¡Imprescindible esta excursión! y, para los que no hayáis podido ir, internet es siempre un buen recurso: http://palencia.com/becerril/becerril.htm

Partimos para Villalcázar de Sirga, donde nos esperaba una suculenta comida medieval, amenizada con dulzainas y versos, digna del mejor freire del Temple. Al toque de la música entraban los manjares, portados en andas por los camareros, que los bailaban con arte, antes de posarlos en las mesas al unísono. A la hora del café, el mesonero Pablo preparó una marmita de aguardiente quemado, con rezos al Sr. Santiago, que en el camino nos protege y nos convida.

Después de la sobremesa tuvimos ocasión de visitar la Iglesia de Santa María la Blanca.



Románico ojival del S.XIII con portada de doble friso. Con temor de que se ofendiese el cura que oficiaba la misa, echamos un vistazo al retablo mayor con 27 pinturas sobre los misterios de Cristo, atribuidos al maestro de Villalcázar. Mayor atención dedicamos a la capilla funeraria con el sepulcro del infante D. Felipe, hermano de Alfonso X , el de la mujer de un caballero Templario ¿Se casaban en aquella época los freires templarios?

Admiramos a una Virgen Blanca, policromada, a la que según la tradición, Alfonso X el Sabio dedicó catorce milagros de sus “Cantigas”.

En resumen: un día lleno de arte, literatura y buen yantar digno del mejor mecenas, como corresponde.

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