08 febrero 2006

Amigos en Guitiriz

Jesús Martín & Rafa

Siempre me ha gustado el ambiente tranquilo y relajado de los balnearios, por eso cuando UCECA propuso la excursión a Guitiriz lo primero que hice fue interesarme y visitar en internet la página. www.guitiriz.com/de/lamari/teveo.htm Muy completa, con datos históricos, artísticos, rutas de senderismo... Soñé entonces con hacer una escapada por "sete muiños" y perderme entre el murmullo del agua de los ríos o pasear por las calles de Guitiriz, la antigua Witerici o Viterico, llamada así en honor del rey suevo fundador de la villa en el siglo VI.
Pero... Dice el refrán que el hombre propone y Dios dispone, tuve que conformarme con visitarlo solamente en internet, en su página www.hesperia-balneariodeguitiriz.com y hacer un recorrido virtual por sus instalaciones.
Allí decía que fue reinaugurado en junio de 2003 con el nombre que tuvo en su inauguración del año 1908: Gran Hotel Balneario de Guitiriz, uno de los mejores de Galicia. Las propiedades curativas de las aguas de San Juan de Langostelle, ya se conocían de antiguo para curar enfermedades del hígado, aparato digestivo,, hipercolesterolemia, diabetes, dermatología...En fin, D. José Lázaro, médico cirujano del Hospital de Santiago recomendó estas aguas con fines terapéuticos allá por el año 1850.

Y me dijo un pajarín que:
"Las instalaciones del balneario son modernas y limpias. El entorno muy agradable para darse unos buenos paseos.
En cuanto a las aguas del balneario los tratamientos especiales que ofrecían, algas, masajes, lodos, por los comentarios que se oían, merecían la pena y solamente por el disfrute de las piscinas, con todo tipo de chorros, merece la pena desplazarse hasta este hermoso lugar.
Hablando de gastronomía, en Guitiriz son famosas las tortas de maíz por su calidad artesana.
El Sábado por la tarde, y con el inconveniente de la lluvia, que cayó con ganas y deslució la visita, parte del grupo se desplazó a Lugo, donde se pudo disfrutar de su zona monumental, ceñida por las murallas.
Un pequeño inconveniente para los amigos futboleros, fue que, en el Hotel, no hubo posibilidad de presenciar el partido Madrid-Barcelona, pues no conectaron con la cadena que realizó la transmisión. El desplazamiento al pueblo, distante unos dos kilómetros y por un camino sin ninguna iluminación en una noche bastante cerrada, se hacia poco menos que intransitable, no obstante, hubo alguno o alguna que corrió el riesgo para presenciarlo.
Los pocos ratos libres, se pasaban jugando una partida a las cartas, al billar, leyendo algún libro o periódico o bien paseando, disfrutando de una buena charla sobre las peripecias del día, vamos, agradablemente, como siempre."

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