26 febrero 2008

Monasterio de Sandoval

Hemos vuelto al monasterio de Sandoval, después de la muerte de la Sra. Munda. Queríamos honrar su memoria y le hemos leído a su hija, el artículo que publicamos por su óbito, en la revista de UCECA.

monasterio sandoval puerta
La emoción invadía estos momentos y en la mañana fría, con la nieve caída la víspera, que blanqueaba el césped sombrío, sentíamos a la par su presencia y su ausencia en el monasterio.

Paseamos por el recinto, como en otras veces, contemplando los avances de la restauración desde nuestra última visita y reviviendo la historia y los comentarios que conservábamos en nuestra memoria...

En el año del Señor de 1167 (era de 1205) el Conde Ponce de Minerva y su esposa Dª Estefanía Ramírez hacen donación de parte de su heredad en Villaverde y Santa Eugenia a Diego Martínez y demás monjes Cistercienses del Monasterio de la Espina para fundar un Monasterio en Sot (soto) Noval, Saltus Novalis o Sandoval.

Este D. Ponce de Minerva, que no hay que confundir con el posterior conde D. Ponce de Cabrera, llegó a la Corte leonesa acompañando a Dª Berenguela, hija de Ramón Berenger, Conde de Barcelona, que venía a contraer matrimonio con el leonés, Alfonso VII, el emperador.

 Se conservan datos anteriores a esta fecha de miembros de su familia Minervois, en la corte leonesa, pues hay constancia de un antepasado suyo, que llegó del Languedoc, de la alta peña de Minervois, en el obispado de Pons, en tiempos de Alfonso VI, llegó con Ramon de Tolosa, el que luego desposaría a Elvira la hija de Alfonso VI.

De sus tierras francesas les viene el nombre, pero luego esta familia ganaría prestigio en los cargos que ocuparon muy próximos a los sucesivos reyes de León y de Castilla y ostentarían el nombre de Ponce de León.

D. Ponce de Minerva casó con Dª Estefanía, nieta del Conde Pedro Ansúrez. Dª Estefanía fundó a su vez el Monasterio de Carrizo de la Ribera.

Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo sobre el año de fundación, todo parece indicar que Sandoval comenzó su andadura monástica el día 30/01/1171

A los pocos años de su fundación surgió una nueva bienhechora, la princesa Urraca, hija bastarda de Alfonso VII que en 1178 otorga nuevos beneficios al monasterio. Los reyes posteriores continúan estas acciones benéficas: Fernando II amplía las dotaciones al mismo, Alfonso IX autorizó a los monjes a sacar agua del Porma, para conducirla al Monasterio, San Fernando les cedió el lugar de Valsemana, Alfonso XI les eximió del pago de tributos.

Además de los reyes recibieron múltiples donaciones de nobles y personas piadosas, por lo que poco a poco van adquiriendo un impresionante poder económico.

La pieza mas importante del Monasterio que aún hoy se conserva es la Iglesia que, según se cree, es del último decenio del Siglo XII. Tiene tres capillas con tres ábsides. Uno de los capiteles se reutilizó como pila de agua bendita. El retablo mayor es del Siglo XVII y en el podemos admirar escenas de la vida de San Bernardo. Los retablos de las capillas laterales desmerecen un poco de la grandiosidad del resto de la obra.

La imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Sandoval es del Siglo XIII, está tocada con diadema real. Los sepulcros de los fundadores a ambos lados del altar mayor están bastante estropeados a causa de la humedad. Son del Siglo XIII.

En el crucero podemos contemplar el sepulcro de D. Diego Ramírez de Cifuentes, fallecido en 1396. Hay también otros sepulcros de familiares de los benefactores, aunque como diría la Sra Munda :"pocas Hurracas creo yo hay en este monasterio" En clara alusión al enterramiento de la hija de Alfonso VII.

Durante 1462 el Abad Pedro de Vega prolonga la iglesia por los pies con un gótico aceptable. Construye también la puerta principal con triple guirnalda de follaje "la berza de los monjes" que diría la sra. Munda.

En 1592 un pavoroso incendio amenazó con destruir el monasterio, pero los monjes rezaron a San Bernardo y el incendio se extinguió milagrosamente.

En 1615 otro incendio, este provocado por la imprudencia de un monje redujo el monasterio a cenizas, solo se salvó la iglesia. Los monjes, viviendo entre las ruinas lo reconstruyeron de nuevo.

Repasando las últimas excursiones, comprobamos que recientemente hemos visitado en León varios monasterios fundados por monjes Cistercienses: Moreruela (en Zamora, entonces también del reino de León) fundado en 1158, Nogales en 1164, Carracedo en 1203 y Castañeda en 1245. Valparaíso fue fundado en 1143 pero de este no quedan ni las ruinas.

Pero ¿quienes eran los Cistercienses? pertenecían a una orden religiosa creada en 1098 cuando unos monjes benedictinos deseosos de vivir con más rigor la regla de San Benito se instalaron en Citeaux, un solitario lugar de Borgoña y de aquí partió san Bernardo a fundar Claraval.

Fue tal el éxito que en el siglo XV había en España 58 monasterios de estos monjes. Había también varias órdenes militares que se inspiraban en esta regla: Alcántara en León, Calatrava en Castilla y Aragón, Montesa en Valencia y Avis y el Cristo en Portugal.

En el Siglo XV por culpa de las epidemias,  los abades comendatarios y por la rapiña del pueblo, casi había desaparecido la vida monástica.

En este mismo Siglo XV un monje del Monasterio de Piedra, Martín de Vargas fundó la Congregación de Castilla, reagrupando a los monjes de Galicia, Asturias León y las dos Castillas. Restauró la observancia monástica, expulsó a los abades comendatarios y reconstruyó los edificios. Sandoval se afilió a la nueva Congregación en 1485.

En el Siglo XVII se reconstruyeron los edificios conventuales del monasterio de Sandoval y se edificó un claustro de dos pisos.

En 1835 por el decreto de Desamortización de Mendizabal los monjes tienen que abandonar el monasterio.

Del edificio monacal se conserva en la actualidad un ala, con la primitiva sala capitular muy deteriorada, un poco del claustro y las paredes maestras del primer patio y el resto... un montón de ruinas es lo que queda del otrora poderoso monasterio.

Sin embargo hay una corriente de proteger este importante bien cultural iniciada por Promonumenta y seguida por esfuerzos individuales y sociales. Esperemos que su proyección cultural sirva para revivir tan nobles ruinas.

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