15 enero 2012

Monasterio de Samos

Como si de un regalo de Reyes se tratara, así fue de agradable y sorprendente la visita a Samos, que hicimos acompañados de dos personas de excepción, Luis y Félix.

Amigos de la Asociación del Camino de Santiago de León, Luis y Félix son peregrinos y hospitaleros de Samos. Tienen allí su segunda casa, tal y cómo nosotros hemos visto, pues conocen a mucha buena gente y hemos sido obsequiados deliciosamente, por ser sus acompañantes.

Todo el tiempo hicieron de guías enseñándonos y explicándonos cada lugar, sin perder detalle.

Nuestra primera parada fue en la rotonda de Piedrafita, ante la estatua del peregrino, donde nos hicimos la primera foto, de las muchas que iban a inmortalizar cada momento:

O Cebreiro

En el Cebreiro nos tomamos nuestro tiempo, para husmear cada rincón del pueblo.

Todo él es un monumento, con sus casas blasonadas, pallozas, calles empedradas, cafés, hoteles, tiendas de recuerdos y sobre todo la iglesia y los sorprendentes paisajes que se observan desde su elevado emplazamiento.

O Cebreiro

Nos paramos a realizar un silencioso homenaje a Elías Valiña, en el monumento que está entre la Hospedería y la Iglesia.

Elías Valiña, párroco de O Cebreiro, fue el primero en creer en la importancia del Camino de Santiago en la formación europea.

Cuando Valiña comenzó a promover el Camino de Santiago, estaba prácticamente intransitable. Él fue el primer estudioso serio de la ruta medieval a la que dedicó su tesis doctoral, leída en 1965 en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Cuentan que una vez lo paró la Guardia Civil en un recóndito lugar de los Pirineos. Extrañados por la figura del cura dibujando unas llamativas flechas en un paso fronterizo, utilizado a menudo por eta, los agentes le reclamaron una explicación:
"Estoy preparando una gran invasión", les contestó Valiña.
El tiempo le ha dado la razón.

O Cebreiro

Llevó su entusiasmo por todos los municipios por los que pasaba el Camino francés. Hablaba con expertos de cada zona, con otros párrocos, alcaldes, para convencerlos de la necesidad de proteger el Camino de Santiago. Poco a poco fue tejiendo una red de colaboradores, de la que nacerían las diferentes asociaciones de amigos del Camino existentes en España.

Para saber más sobre Valiña pinchad aquí:

Más enlaces sobre Elías:

Después visitamos la iglesia, conocida por el Milagro de la Transustanciación, rezamos a la Virgencita románica y recibimos de los franciscanos que atienden el templo, las guías y estampitas. Admiramos todos los detalles y el nacimiento.

Seguimos viaje, por esas carreteras de montaña, llenas de curvas sombrías y heladas, en las que no hay más remedio que alentar a los peregrinos con un saludo de claxon, pues lo merecen su resistencia y tenacidad. 

Volvimos a apearnos en el Alto de S. Roque, para junto a la estatua del peregrino fotografiarnos de nuevo.

Alto de S. Roque

También inmortalizamos las panorámicas de montañas con nieblas, semiocultando pueblos y a los valles, que nos aguardaban en la bajada.

Alto de S. Roque

Cuando llegamos a Samos fuimos directamente a la abadía. Aquí os dejamos su página web, que es muy interesante:

Visitamos el albergue de peregrinos, que nuestros amigos iban a adecentar antes de que se abriera próximamente.

Mosteiro de Samos

En él, admiramos las pinturas que reproducen el Calendario Románico del Panteón de San Isidoro de León, que fueron ejecutadas por ellos, con la colaboración de Juan Carlos, otro Amigo de la Asociación, también muy querido allí.

Luego iniciamos la visita del monasterio, rodeándolo, contemplando su gran tamaño, la huerta y el río que lame sus muros. Desde el mismo balcón, el monje podría ensartar las truchas que aún se ven en su límpida agua.

Mosteiro de Samos

En el interior nos cautivaron la grandeza de la iglesia, la sacristía, los dos claustros... En uno de ellos se encuentra la estatua del Padre Benito Jerónimo Feijó, uno de los monjes que llegó a adquirir fama universal y en el otro, la también famosa fuente de las Nereidas, con su cuerpo de serpiente y grandes pechos.

Mosteiro de Samos

Aún puede verse la puerta románica de uno de los primeros templos del monasterio.
Su fundación debió de ser en el siglo VI, posiblemente por San Martín Dumiense. La lápida de S. Ermefredo, obispo de Lugo, da fe de su restauración en el siglo VII.
El Monasterio de Samos fue protegido por el rey Fruela I, cuya efigie se encuentra en la iglesia,

Mosteiro de Samos

que asignó un coto en estas tierras a monjes mozárabes que venían de Al-Andalus.

Después también lo protegió su hijo, el rey Alfonso II el Casto, cuya efigie también se encuentra en la iglesia. Personaje importante en el Camino, al ser en su reinado el descubrimiento del sepulcro del apóstol y por tanto el primer peregrino y gran difusor.

Mosteiro de Samos

Pasó su infancia en este monasterio, junto a su hermana Jimena, protegido por los monjes, tras el asesinato de su padre, cuando también su vida peligraba por las continuas conspiraciones del recién nacido Reino Astur.

Mosteiro de Samos

Seguimos la visita por las dependencias más emblemáticas, como son, el "salón del piano o de recepciones", la biblioteca, la botica, el refectorio o la sala capitular, transformada ahora en oratorio, que conserva el retablo del Salvador o ermita del Ciprés y unos interesantes iconos realizados por una monja benedictina de Madrid.

Después del incendio de 1951, en el que el monasterio fue pasto de las llamas, se restauró el edificio, pero supuso una pérdida irreparable para la biblioteca. La botica pasó al pueblo en tiempos de la exclaustración y ahora sólo se usa para ser visitada por el turismo.

Mosteiro de Samos

Para que ahondéis en el arte de la abadía podéis consultar esta página:

Nos llamó poderosamente la atención las pinturas que adornan el claustro alto, pintadas por artistas contemporáneos. 
Podéis verlas detenidamente en nuestro album de fotos, aquí:

Mosteiro de Samos

Cuentan la vida de S. Benito y entre el grupo de personajes que le acompañan se retrataron personajes de la época.

Nos indicaron el retrato del poeta Ramón Cabanillas, que estuvo en el monasterio y al cual dedicó esta poesía:
...
Xardíns saudosos, bóbedas e arcadas,
pedras orantes, como mans alzadas
en secular visión contemplativa;
tazas da fonte en que repousa a pomba
cruzando os tules da celeste comba
sedenta de ágoa viva!
...

Mosteiro de Samos

Aprovechamos el lunes, que era la fiesta de S.Julián, patrón del monasterio, para celebrarla con los monjes.

Festividad de S. Julián

Estuvimos en la misa mayor y en la procesión por el claustro alto y hasta comimos con ellos y autoridades y amigos.

Ved nuestro reportaje fotográfico aquí:

Estamos muy agradecidos a Félix y a Luis, que nos mostraron todas las delicias de Samos y alrededores y a tantos amigos, que nos presentaron y nos trataron con cariño. Esperamos volver porque ¡vale la pena!

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