22 enero 2013

La finca de Tino y Leo en invierno

De nuevo en la finca con Tino y Leo, disfrutando de lo limpia y despejada que la tienen, después de la poda.

Finca de Tino y Leo en invierno

Aprovechamos el día, a pesar de las malas previsiones meteorológicas, bueno, que no fallaron, porque hubo un momento de llovizna, luego un relámpago, un trueno, granizó, lluvia con ventisca... pero también tuvimos sol y hermosas nubes para fotografiar.

Finca de Tino y Leo en invierno

Paseamos la huerta, disfrutando al contemplar los frutos de la tierra, las hemosas lombardas, las valientes florecillas de los crisantemos, que sobrevivían a la helada.

Finca de Tino y Leo en invierno

Tino preparó fuego en la barbacoa y allí asaron chorizos y patatas. Además nos agrupamos en torno a las llamas y luego a las brasas, para calentarnos, mientras comíamos y charlábamos, bebíamos y brindábamos, recuperando y compartiendo recuerdos.

Finca de Tino y Leo en invierno

Comimos también un caldo gallego, que había hecho Rafa con la berza gallega, que hay en la huerta de Celia.

Finca de Tino y Leo en invierno

Lo que no fuimos capaces de acabar, fue la hermosa hogaza de pan que trajeron, ¡más grande que mi pandereta!

Finca de Tino y Leo en invierno

Aunque teníamos un postre exquisito, me reservaron varios sabrosos trozos de leche frita, que le sale genial a Leo, para que pudiera alargar la fiesta en casa, durante algunos días.

Aprovechamos hasta que empezó a oscurecer. ¡Incluso cantamos al son de pandereta y castañuelas!

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