27 noviembre 2014

Peridis en León "Esperando al Rey"

Peridis ha venido a León a presentar su libro "Esperando al Rey".

Peridis

Nosotros hemos estado en el salón del Hostal de S. Marcos en una sala abarrotada. En la mesa presidencial estaba Vicente, presidente de SOFCAPLE que era quien organizaba el evento y al otro lado del autor, Trapiello, como presentador.

Primeramente Trapiello nos puso sobre aviso del interesante ejemplar que tenía en las manos. Porque era un texto lleno de diálogos y que además tenía "santos" dos características que facilitaban la lectura a los más perezosos. Porque la historia que se contaba, estaba narrada a través de situaciones comunes a cualquier época y no engolada con palabras medievales, cuyos significados y usos nos eran extraños. Porque los personajes dentro de su variedad de tipos propios del medioevo, reyes, altos dignatarios políticos o religiosos, guerreros y sobre todo mujeres...se mostraban ausentes de esos estereotipos, con los que luego nuestros dirigentes nos han venido a corromper, con eso de las eternas enemistades entre León y Castilla. Porque Peridis nos daba un cuadro de la historia de España tan vívido que resultaba imposible adivinar dónde había encontrado la documentación pertinente, si no fuera a través de sus profundos años de experiencia románica y medieval. Pero luego, llegó a la conclusión de que el autor, era capaz de escribir tan bien, porque siempre había sido un buen hombre, que había sabido escuchar.  Siempre entre piedras de castillos y de iglesias, buscando las claves del románico, también habría sido capaz de escuchar a las piedras.

Cuando Peridis tomó la palabra le dio la razón, efectivamente las piedras le habían hablado ya en su niñez, en Aguilar de Campoo y también los autores como Unamuno cuyas palabras le aguijoneaban: "¿hay en estas ruinas hombres? ¿hay en estos hombres hombría?"

Las ruinas del monasterio de Aguilar, sus sepulcros, claustros y dependencias , le habían impresionado, le empujaron a la arquitectura, a la restauración y las personas que los habían labrado o habitado, también le instaban a darse a conocer, a recibir vida a través de los sentimientos que podían vivir sus lectores y el propio autor.

Fue sorprendente para mí escuchar esta reflexión. Peridis confesó que cuando se levantaba de la cama, ya le bullían en la cabeza las historias de los personajes demandando que las plasmara al papel y que a veces había llorado con sus personajes, cayéndole las lágrimas por sus mejillas, como solía ocurrirle a los lectores.

Es verdad que yo estaba hecha a oir a los autores, que los personajes parecían tener vida propia y que sus obras iban creciendo de manera independiente a sus propios proyectos. Se lo oí a Cervantes, con su Quijote, a Pirandello en su "6 personajes en busca de autor" y a muchos más, tantos que dejé de tomarlos en serio, pensando que era como la "falsa modestia", un recurso literario.

Pero ahora Peridis decía que escribió esas historias para dar vida a sus personajes, de la misma manera que había restaurado sus edificios y templos, para perpetuar su existencia. Quería que los lectores a través de los sentimientos que lograran despertar sus personajes, les diéramos esa vida que demandaban.

No me pareció un recurso literario, por más que lo hubiera oído tantas veces, me tocó el corazón y le creí. Ahora que se divulga la física cuántica, con sus presupuestos de que el tiempo no existe y que todo es aquí y ahora, este Peridis, tan bueno, estaba realmente llevándonos a ese plano de existencia misterioso en el que todo confluye, algo así como lo que dijo Borges en el "Aleph" y realmente con nuestros sentimientos, vivían los personajes o vivíamos nosotros, la totalidad del instante.


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