29 abril 2015

12ª Historias y leyendas. Por la Vid y Vegacervera, el Viejo Camino nos espera

12ª Historias y Leyendas por El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.          

Peleas nobiliarias, brujas buenas y torreones carcelarios




El hayedo de Ciñera con su árbol singular Fagus y la leyenda de la bruja Haeda está al pie de La Vid.

Recordando lo que había dicho Maximiliano González Flórez, en su libro “La Ribera del Torío”  contemplamos el puente de origen romano que se ofrecía a nuestra vista: “Por este puente pasaba el Camino Real (Se encuentra  junto a la ermita de S. Félix de Villalfeide entre Villalfeide y Vegacervera)… También servía de paso para los peregrinos que venían desde Puente Almuhey por Boñar y Valdepiélago  para subir a Valdorria y a la Cueva de San Froilán, santificada por su presencia eremítica en los últimos años del Siglo X. Desde allí bajaban los peregrinos por Correcillas, pasaban el puente de Villalfeide  y seguían a la Vid…” (pag 164) Así nosotros, peregrinos del Viejo Camino de Santiago dejamos el arruinado puente de S. Félix y a dos pasos encontramos Vegacervera. Esta localidad es famosa por las preciosas Hoces, que llevan su nombre, por ser la posada o descanso de los montañeros y excursionistas que visitan la próxima cueva de Valporquero y también por su exquisita gastronomía.

La carretera va serpenteando junto al río Torío. Dicen que esta no existía antiguamente, aunque quizá quedara una trocha, olvidado su uso. Un caballero de Felmín, que tuvo suerte en la conquista del Perú acompañando a Pizarro,  a la vuelta de su aventura  la mandó construir a costa de su propio pecunio.  Admiramos los Sierros Negros al fondo, donde  hubo un castillo en la Edad Media, que a su vez se asentaba en el solar de un castro anterior.  Lo que sí se usaba era  una calzada romana que venía por Gete y Getino, famoso por sus aguas termales y leyendas de cuélebres. Subía hasta Valporquero y bajaba a Valle de Vegacervera. Como toda vía de conquista llegaba hasta los castros, donde se enrocaban los valientes prerromanos. Esa calzada era mucho más agreste que la que consiguió hacer nuestro caballero junto al cantarín río.

Nos paramos junto al viejo puente de Vegacervera y recordamos la historia de la pelea famosa entre el Conde de Aviados, D. Ramiro Núñez de Guzmán y las huestes del Abad de S. Isidoro, que desde época de Alfonso VI era el propietario de estas tierras. Parece ser que todo comenzó por una discusión sobre el derecho a la elección de alcaldes y  la disputa terminó en la Real Audiencia por lo que se conserva abundante documentación.
 Así podemos saber que para envalentonar a sus huestes el conde estimuló el consumo de alcohol, envenenaron dardos y hasta hubo un muerto en la contienda: el clavero del castillo de Aviados, pero sólo porque se cayó del caballo al atravesar el puente.

El Catastro del Marqués de la Ensenada, del Siglo XVIII señala aquí un hospital de Peregrinos, lo que demuestra el uso de esta ruta jacobea, que ahora recuperamos, hasta fechas relativamente recientes.
Seguimos a Coladilla con su iglesia de bella portada románica con motivos jacobeos, la más importante y la que se cita más tempranamente en los documentos medievales de este contorno. Merece una visita. Fijaos en los canecillos 13 en la fachada norte y 11 en la del sur, tiene motivos geométricos, vegetales, animales y humanos (Je, je…) Trece vieiras en relieve, símbolo peregrino por excelencia, orlan el arco de la puerta de acceso. En la clave una roseta de cuatro pétalos, en el lado derecho de la portada hay una inscripción, que los autores traducen como: “Pedro Cuesta me fundó”, la datan entre los Siglos XII y XIII.

Continuamos hasta Villar del Puerto, si el tiempo lo permite,  podéis aprovechar la ocasión para seguir un camino a vuestra izquierda, que pasando frente a la Iglesia y el cementerio, se dirige al Faedo de Ciñera por el lugar denominado las “marmitas de los gigantes”. Son estas unas oquedades en la roca donde el naciente río, que borbotonea en pequeñas cascadas se remansa y parece ser el lugar elegido para bañarse, por estos seres mitológicos. El inicio del recorrido se realiza por una estrecha hoz y es espectacular, aunque peligroso en invierno. Los sacrificados mineros del lugar lo caminaban durante todas las épocas del año para acudir a su trabajo diario entre Ciñera y Vivero y cuando algunas minas se cerraron decidieron arreglar el paso para el público en general, dotándolo de pasillos de madera y balaustradas o agarraderos de sogas. Unos “urbanitas” como nosotros lo recorrimos admirando la belleza salvaje de rocas y agua, hasta que con voluntad de hierro y espíritu a lo Indiana Jones  logramos superar los puentes de madera y llegar al espectacular hayedo.

 Faedo viene de Fagus=haya y Edo=Etum=abundancia. Este bosque es una delicia de silencio y de paz, entre las hayas te da la sensación de caminar bajo un paraguas de multitud de colores, que te protege de la lluvia o la nieve y sobre una alfombra de hojas húmedas y hayucos. Nos fotografiamos para cumplir con el ritual, junto a Fagus el haya que en el año 2008 cumplió sus 500 años. Si hablara ¡Cuántas historias podría contarnos! Un año antes, en 2007 se le había concedido el premio “Al bosque más cuidado de España”. Fagus es un “árbol singular”, “un árbol protegido”, de leyenda, que acompaña a otra leyenda, la de la bruja Haeda. Caminando en el bosque, inspirada por su naturaleza feraz, Josefina Diez quiso contarnos un cuento y era algo así:
Érase que se era una bruja llamada Haeda…Érase que se era, cuando los hombres vivían al aire libre refugiándose por la noche en las cuevas del contorno, había una bruja llamada Haeda. Como toda bruja que se precie, tenía poderes mágicos, aunque ¡eso sí! Debían de utilizarse para hacer maldades. En aquel entonces las gentes vivían en cuevas junto a las hoces y como había nevado mucho, casi no salían de ellas y no se acercaban al hayedo.
A la brujita le gustaba mucho oír el canturreo de las voces infantiles jugando por el bosque y para que acudieran, se le ocurrió utilizar sus poderes y prender fuego a un montón de piedras negras que había entre las rocas, su calor atrajo a la gente. Al día siguiente continuó nevando y Haeda sobre la ceniza del día anterior volvió a hacer magia, pero como era para una buena causa se sentía cada vez más débil. Al lavarse en el arroyo que atravesaba el Faedo se vio reflejada en el agua. Las buenas obras contrariaban su naturaleza, estaba muy envejecida. Tenía que hacer algo, y pronto. Con sus últimas fuerzas convirtió la mayor parte de las rocas en piedras negras que con el tiempo la gente llamaría carbón y les aliviaría del frío, extenuada marchó a morir junto al árbol llamado Fagus que custodiaría su reposo para siempre.

El Conde de Saldaña sufrió prisión en el torreón de La Vid después del triunfo de la batalla de Simancas.
Al final llegamos a la Vid de Gordón. Visitamos su torre medieval,  en la que estuvo preso el Conde de Saldaña. En esta fortaleza encerró nuestro rey Ramiro II al Conde de Saldaña, Diego Muñoz, en el año 945 después de la batalla de Simancas, porque sospechaba que establecía acuerdos con el bando musulmán. Lo mismo se pensó de su suegro Fernán González, al que encarceló en León, aunque consiguió escapar disfrazado de mujer con las ropas de su esposa en una visita que esta le hizo. La trampa le resultó tan divertida al rey leonés que desistió de perseguirle, o el rey supo ejercer la diplomacia que le asegurase su fidelidad, pues no convenía prescindir de él, en la frontera del reino.
Matías Diez Alonso en su libro “Mitos y Leyendas de tierras leonesas” habla de este torreón que data en el Siglo X, como torre defensiva del paso a la Gotera. Fray Justo Pérez de Urbel escribió una carta a su antiguo propietario informándole del valor histórico de su propiedad y así lo reseña D. Matías en su libro. Se la conoce con el sobrenombre de “Torre saetera” pues se cuenta que, desde una de sus ventanas se disparó una flecha contra Almanzor que resultó herido, lo cual nos da una idea de la bravura de las gentes de este pueblo.


Fotos y texto de Rosa Fadón y Rafael Cid



Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: Puente del Torío en Vegacervera
Foto2 : Rafael Cid: Iglesia de Coladilla

Foto 3: Rafael Cid: Canecillo del alero de la iglesia de Coladilla
Foto 4: Rafael Cid: Torre saetera en La Vid de Gordón

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